El milagro radica en irradiar luz cuando tu interior sólo lo habitan las tinieblas

Tiempo

El tiempo hace que lo más bonito que te haya pasado en mucho tiempo se convierta en lo peor que te pasó en la vida.
El tiempo deja atrás tu hogar, las caras conocidas, arruga tu piel y tu alma, templa las pasiones y el brillo en las miradas.
El tiempo endulza los recuerdos y dificulta los sueños.
El tiempo, según dicen, nos pone a cada uno en su lugar pero sólo nos vuelve cenizas.
El tiempo apremia y te requiere si duermes en mi pecho, en cambio duele y se revuelca, traicionero, en tus ausencias.
El tiempo te quita, te da, te devuelve y te destruye, incansable, aquello que consigues.
El tiempo habrá pasado algún día, el de empezar, el de las dudas, el de esperar que te quedes conmigo y me dará, para bien o para mal, las respuestas que ahora busco. 

29-10-11

Es cierto y tan posible que puede que no me salve

de ahogarme en tu ausencia,

de dolerme esperándote,

de perderme en tu boca,

del vampiro que es mi mente,

pero hoy puedo añadir a mi lista de pequeños logros personales

no haber pensado en ti cada segundo de este maldito día.

Agosto 2011
 VUELVES
 Vuelves, siempre de forma recurrente.
Tú vuelves pero soy yo la que ha preguntado,
buscando un motivo,
y tan de nuevas nacen aquellos sobresaltos.

Y traes contigo las eternas tormentas de geosmina y barro,
los laberintos,
ofreces temores que llenan mis manos,
más desafíos,
un desasosiego con el que no había contado.
Un escalofrío...
accionas el tiempo, hasta ahora estancado,
lo que no dijimos continúa flotando
y gira y se enciende... ¡funciona!
El engranaje inútil que te ha esperado.

 Me hablabas tan cerca que, expuesta tu risa,
 se llenó una grieta de recuerdos pálidos,
de serenas alas, desató estampidas
y versos hastiados de furia tranquila,
de sombras antiguas que en nuestras miradas,
ya nunca más sordas, pesaron los días
en los que tu ausencia me tuvo atrapada en redes,
en labios y tantas mentiras
que en diez veintinueves no pude contarlas.

 Vuelves, revuelves noviembre, mi pelo, veranos,
me abrazas y tu aliento me cala como lluvia fina,
empequeñeces, sonámbulos, los meses más largos.

No voy a dudar... vuelve...
y devuélveme el norte, este vuelco, un acantilado,
atrapa los verbos que se te escaparon,
gánate mis ganas de seguir buscando.

Todavía, Mario Benedetti

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho
y veo tu rostro
tu paso largo tus manos
y sin embargo
todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto que ver
contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa

sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía


pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más todavía.

No te Salves, M. Benedetti.

No te quedes inmóvil al borde del camino

no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora ni nunca.
No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.
Pero si pese a todo no puedes evitarlo
y congelas el jubilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil al borde del camino
y te salvas entonces...
No te quedes conmigo