domingo, 26 de febrero de 2012


No necesito contar los días que me has faltado, no soy capaz de expresar todo lo que agradezco el tiempo que me regalaste, las cosas que me has enseñado, no hay nada en mi vida que no te deba, no sabré seguir sin ti a mi lado, no quiero asumir que era el momento, prefiero pensar que merecías muchos más momentos, sentados en el sofá, mirándome como sé que nadie más me mirará, sabiendo que tenía tu ayuda... pocas cosas importaban.

No puedo borrar el miedo en tus ojos, la angustia en tu costado, el dolor que supone no ver más tu cara, no sentir tus besos ni el calor en tus manos, no puedo olvidar que la última vez que escuché tu voz me dijeras: "Adiós, hija, adiós"

jueves, 23 de febrero de 2012

Estuve leyendo

Releí mi diario y pensé que de todo hace demasiado tiempo.

Por eso no quiero buscarte esperando, soñar descreyendo,
no voy a quejarme... aún es muy tarde...
prefiero dudar pero hacerlo, jugarme los sueños...
son pocos y viejos.

6/7/11

Los solsticios trascurrieron y, a pesar del silencio, has habitado en todas las coordenadas que rechazaste: en los veintinueve, en tu eco metálico, en el ansia de cada llamada, en los besos que no deben ser recordados, en la incordiosa esperanza de volver a verte... suplicando que nunca llegue.

No, aún no hay suficientes husos de distancia para pensarte con claridad, pero algo me ha dicho que los habrá, que despertaré y saldré de las sombras... pues incluso en la soledad se ha escondido el sol.

Desde que no sembraste el futuro en mi sangre,
eres culpable de que yo no mantuviese mi palabra;
y de la falta de posdatas, los soportales de azúfre, los lanzamientos espaciales, los asuntos de colegiales, todos los trovadores reales les ganaron a tus reinas, ya no tienes más poderes... no quedan nombres de flores.

Y no, perdona, pero no pienso perdonarte,
por obligarme a adaptar a este ritmo mis latidos, a aprender que no siempre hay dos vencidos,
porque nunca quise liberar los mitos, ni darles la razón a tus enemigos,
me instalé en el fondo del abismo... aquí también llegan los días cardíacos y de olvido.

20/4/11

El sol de Julio sabe
por igual
encender tu habitación, cruel inhóspita,
y rendirse, absorto, ante la nieve.

El tiempo nunca ha transcurrido,
por detenerse,
por no caer en la cuenta de esta locura.