
Dejar atrás... los anhelos que me llevaron a recorrer noches extrañas y empezar a vivir solo la vida que me ha sido asignada, la parte de la realidad que me corresponde.
Cambiar la muralla y el escudo por un arma mucho más letal, el sarcasmo.
No librar ni una batalla más, no volver a alzar la voz, no mentirme, no soñar despierta.
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