martes, 13 de enero de 2009

Humanización del martes

Casi me alegro
de lo mucho que has leído hasta desmitificarme,
porque yo no quiero
y no quiero ser lo que de mí se esperaba siglos antes
de que yo existiera.

Yo no voy a esperarte... y a las diez en casa
yo no voy a dejar que sequen
mis frutos mientras decido si mereces que te entregue
la llave de la ciudad.

Y si alguna vez pudimos hallarnos en lo que puede llamarse
"lo más parecido a mis fantasías"
no creas que venciste mis defensas o que te proclamaste vencedor.
Solo quisimos que pasara.
Ya sabes, ni yo soy poesía ni tú eres Gustavo.

Y si otras,
ni mejores ni peores
encontrándonos, no nos encontramos...
no es que no estemos predestinados
es que eres para mí como el demonio para Peri Rossi
temido por deseado.

No hay comentarios: